NUESTROS ESCRITORES


II CERTAMEN LITERARIO DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA (Segunda convocatoria)
 
 
1º PREMIO
 
A ESA MUJER DEL VALLE
 
 
     A esa mujer del Valle, de pelo blanco y sonrisa tierna, con las manos surcadas por el tiempo y la vida y esa mirada húmeda que te contempla por dentro por dentro y por fuera, como si pudiera ver más allá de lo que sientes y piensas.
     Ya las piernas no le llevan, están cansadas igual que su alma poblada de recuerdos que aparecen en su mente cuando mira las montañas. Esas montañas que le vieron nacer, ser niña, madre y abuela y a las que les cuenta ¡tantas cosas!...
      Sus hijos ya no están con ella. Se marcharon de la aldea hace años.
Piensa mucho en ellos y los echa de menos. Cuando vienen a verla, su corazón se llena de gozo y, hasta las piernas parece que le marchan más ligeras.
      Cuando los hijos se van, y ya no la ven, una lagrima sale de sus ojillos que ella retira con su pañuelo como queriéndola guardar en el bolsillo de su delantal.
      A esa mujer que luchó tanto por los demás casi sin acordarse de ella misma. Que soñó con una vida mejor para los suyos, aunque a veces se olvidara de disfrutarla ella también.
      Parece como si formara parte del paisaje del Valle junto a las casas, los árboles y las montañas. Ella es testigo mudo del progreso de estos paisajes y se asombra al ver lo mucho que ha cambiado la vida, aunque en la aldea parezca que el tiempo pasa despacio y callado bajo el murmullo del viento y la nieve cuando todo lo cubre de blanco y hay que avivar el fuego para no pasar frió porque hoy vienen los nietos a verla. Le pesan menos los pies y un brillo de luz ilumina sus ojos.
     El abuelo la mira sentado en la cocina y piensa que la dueña se esta haciendo vieja.Ya no puede hacer todo como antes pero sigue teniendo el porte de mujer fuerte, valiente y segura que atrapo su corazón hace ya tantos años que  se le han escapado de su memoria.
     A esa mujeres de Valle que están siempre en el recuerdo de todos los que las hemos conocido y hemos tenido la inmensa suerte de convivir con ellas, les rindo mi más sincero homenaje por su vida ejemplar y su buen hacer como testimonio de algo que nunca vamos a poder olvidar.                       
 
                                           Autora: Dª Paz Aranda Logroño
  
Paz leyendo su escrito en la entrega de premios.
 
2º PREMIO
 
MUJERMONTAÑA
 

 Mujer hecha de montaña,
cabello blanco de cumbre.
Sombra de árbol tu talle,
hierba fresca tu mirada.
Hueles a vida mujer,
a campo, a cielo, a tierra.
Te bamboleas con el viento
que silba entre las piedras
y te mueve la falda con su gracia infinita.
Con tus manos de barro acaricias mi rostro
y te escucho reír como si si fuera un eco.
Cúbreme con tu sombra mujermontaña,
danos refugio en tu falda y vigílalo todo
desde tu altura inmensa.
Mujer fuerte, montaña altiva, cumbre de nieve.
Frío en el cuerpo y calor en tu mirada.
Te despiertas al alba con velo de niebla
y la escarcha te cubre tus cabellos de plata.
Mujermontaña, grande y hermosa
que dominas el valle sometido a tu falda.
Un gran río de lluvias te refresca la cara
y te recorre entera allí donde tú alcances.
Mujermontaña, blanca y reluciente
que te abraza con fuerza
y te besa en la frente.
Estarás siempre ahí, quieta bajo las nubes,
mirando más allá del horizonte donde todo se pierde.
Estarás siempre ahí, dando sombra y cobijo.
Alta y bella. MUJERMONTAÑA.
 
 
 Autora: Dª Paz Aranda Logroño
 
Paz recibiendo el premio entregado por el Alcalde-Presidente de Seira D. José Mª Palacín y la Presidenta de la Asociación Da. Rosa martín. 
 
3º PREMIO
 
CRUZANDO CAMINOS
 
 
 A las cuatro de la madrugada los recuerdo la desvelaron y ya no hubo manera de conciliar el sueño. Los gritos y expresiones sin sentido provenientes de la habitación contigua la alteraron sobremanera, haciendo crecer el desasosiego. Había soñado caras familiares, delante de sus ojos cerrados se sucedían a gran velocidad, casi sobreponiéndose, imágenes de rostro conocidos: madrina, Juan, papá, mamá, sus hermanos, cuñados, tíos, primos y primas más o menos cercanos, vecinos... todos ya muertos irremediablemente. Asombrosa le pareció la vida que esos rostros adquirían ante su mirada.
 
A sus 89 años, las rutinas de antaño habían dejado paso a esta espera en calma de una existencia completada, sustentada ahora sobre añoranzas y posibles vidas por vivir. No obstante, jamás se sintió encerrada entre montañas, presa día tras día del mismo paisaje: creció y aceptó su destino sin hacerse preguntas. a sus nietos mayores eso de los matrimonios "apañaus" les parece una injusticia, pero cuando le toco a ella aquello era lo normal: casa que juntaban haciendas para ser más ricas o algo menos pobres, casas con algún mozo ya maduro que precisaban de una "dona choben" o casa donde los padres solo habían tenido hijas y urgía la fuerza y el trabajo de un varón.
 
El camino recorrido se dibuja en la planta de sus pies, cuántos pasos tras el ganado y qué duras las jornadas de verano. Su marido marchaba a ganarse el jornal picando madera o haciendo de peón y ella quedaba al cargo de la casa y de los animales. Una mueca se le dibuja en la boca recordando los viajes de Abi a Seira cargada de leche para vender; con el dinero que obtenía pasaba por Tere Miguel a comprar lo poco que necesitaban: pescadilla, sardinas, bacalao, azúcar, chocolate... porque en casa había bastante comida y además todo se aprovechaba: comían mucha caza, pescaban truchas, apañaban dos cerdo en mondongo, mataban cabras y ovejas -más que cabritos y corderos-, criaban conejos y gallinas, hacían quesos y pan... y en los primeros tiempos con el burro cruzaban por la Vall para comprar comprar vino y aceite de estraperlo.Criaron tres hijos, compraron un Pasquali, el marido volvió a hacer de pastor y los hijos se marcharon de casa para emprender en la ciudad un vida distinta. Ambos compartieron quehaceres a lo largo de los años, dando con su presencia luz al paisaje urbano casi deshabitado.
 
De la sociedad actual hay muchos hechos y comportamiento que no entiende, en pocos años todo su alrededor ha cambiado vertiginosamente, las nuevas generaciones aprecian cosas que para ella apenas tienen valor. Asomada ahora al amanecer de un nuevo día, piensa que la esencia de la vida se ha deformado, convertida en un muñeco de "ixes" tan espantosos que rebotan contra la pantalla del televisor a todas horas.
 
Es hora ya de asearse, vestirse e ir al comedor para desayunar y tomar la medicación. Hoy la residencia celebra 25 años y el ayuntamiento ha preparado una fiesta a la cual pueden asistir los familiares. Le apetece muchísimo abrazar als "ninons", que es como ella llama a sus dos nietos más pequeños. El domingo la llevarán a pasar el día en Abi y querrá abrir de par en par su vieja casa para inundarla de pasado.
 

 Autora: Dª Mª Carmen Carrera Valiña.
 
Mª Carmen leyendo su escrito en la entrega de premios.
 
 
CERTAMEN LITERARIO DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA



1º PREMIO
¿ SORPRESA ?


Suena el despertador y con su sonido comienza mi rutina diaria, pero ya llevo unos minutos con los ojos abiertos. Las paperas de Jimena han hecho que pase media noche en vilo, acudiendo a su cama cada vez que entre lágrimas reclamaba mi presencia.
Javi, mi hijo de ocho años me ayuda a preparar el desayuno suyo y el de su enferma hermana pequeña. Me satisface verle preparar las tostadas, derramar la mermelada sobre la mesa, llenar tanto el vaso de la leche que es imposible verter el cereal en el interior. Ocho años son poco para dominar las artes culinarias, pero que muestre interés por formar parte del día a día de la casa es algo que sus padres le queremos inculcar poco a poco.
Acompaño a Javi hasta el autobús escolar, que como de costumbre llega con retraso, haciendo que el escaso tiempo que tengo para todas mis labores matinales se minimice. Después llevo a Jimena al medico, donde una doctora de amplia sonrisa y voz de efecto sedante, me indica los pasos a seguir. Fuera aparte de asegurarme que si no logro tranquilizar los nervios que me provoca ver a mi hija enferma, quien sufrirá un mal mayor seré yo.
Dejo a Jimena con su abuela muy a mi pesar, pero no me queda otro remedio si quiero tener tiempo de hacer la compra en el supermercado, y pasar por el banco a pagar los recibos. Ya llevo cinco meses en el para, aunque nunca me a importado no ser el sueldo principal del hogar. Simplemente sumo lo mío cuando puedo, y cuando no es así procuro adaptarme a la situación, cargando sobre mis hombros todo el peso del hogar.
Después de pasar por el super y el banco, vuelvo a recoger a mi pequeña y regreso a casa.
Su abuela ha tenido el tiempo suficiente para limpiarla y cambiarle los pañales. Ese trabajo ahorrado me supone tiempo para hacer la cama, airear la casa un poco, y preparar la comida. No hay tiempo para más.
Pasta y algo de pollo. Se que es lo que más le gusta, y con tan solo media hora para llegar a casa desde el trabajo, comer y regresar, se merece que cuando llegue a casa yo ya lo tenga todo preparado.
Llegara con el sudor aún secándose sobre su frente. Me besara suavemente, casi como una caricia en los labios, comerá en prácticamente dos bocados, y después dedicara los minutos restantes a juguetear con Jimena maldiciendo no tener mas tiempo que dedicar a la familia. Mientras tanto yo recogeré la mesa, y pondré el lavavajillas. Para cuando termine de hacerlo, Jimena y yo volveremos a se los únicos ocupantes de mi hogar hasta que termine la jornada laboral, y el autobús deje a Javi cerca de casa después de clase.
La tarde no es más liviana que la mañana. Aún queda la plancha, preparar la lavadora con la ropa de los niños, acudir a una cita con los profesores de Javi, llevarle más tarde a jugar al fútbol, ocuparme de los cuidados de las paperas de Jimena, preparar la merienda de los niños, y la cena para toda la familia más tarde. Un sinfín de actividades obligadas que convierte las horas en minutos, y los minutos en inservibles segundos sin respiro alguno. Pero se que actualmente es la situación que debo realizar, y me gusta, he de reconocerlo, me gusta.
Hay un detalle que he omitido en mi relato. Una apreciación sin aparente importancia que sin embargo en ocasiones sorprende.
Me gustaría obviarla por completo y finalizar mi narración así, tal vez con puntos suspensivos, que muestren la continuidad de una vida que hay quien considera insidiosa, una rutina que sin embargo aprecio y animo a seguir. Pero no seria justo hacerlo, pues este relato perdería todo su significado inicial. Y ese dato son los nombres de los personajes, empezando por mi.
Me llamo Andrés, y mi mujer se llama Leire.
Supongo que habrá quien se se haya sorprendido al saber mi sexo, y que un hombre sea el que asuma la pesada losa de llevar un hogar, mientras mi mujer es la que trabaja fuera de casa.
Es por esa sorpresa que se debe seguir luchando para que los cánones establecidos desde tiempos en los que reinaba la intransigencia, la misoginia, la sinrazón, sean derruidos de una vez por todas. Y que los pequeños pasos que se van afianzando en el camino hacia la plena igualdad avancen a zancadas. Que llegue un día en que una historia como la mía sea una mera trivialidad sin mayor trascendencia, sin importar el sexo del protagonista.
Hay que luchar porque un día esta historia de una rutina diaria no sorprenda a nadie.
 ¿Lo ha hecho?, ¿Si?
Entonces debemos seguir luchando.



Autor: D. Ernesto Tubía Landeras.


2º PREMIO
CONTIGO SIEMPRE, MUJER.

Mujer: si madre, si hermana,
esposa o si novia mía...,
haciéndote compañía
mi corazón se engalana
de noche, tarde y mañana
a la luz primaveral,
festiva y tradicional,
con la flor más primorosa
que me brindas generosa
de perfume celestial.
Porque tú eres flor, igual,
mujer, mi voz lo recita
si es tu nombre Margarita,
Dalia, Violeta imperial
Azucena virginal
Camelia, Jazmín o Rosa,
Hortensia... y el alma glosa
la femenina floresta
multicolor en la fiesta
que mayo brinda amorosa.
A tu lado voy, mujer,
cuando en el mismo camino
andamos hacia un destino
desde el punto de nacer
juntos hasta el perecer,
si yo varón, tú varona,
cada cual una persona
de distinta anatomía
mas de idéntica valía
que la igualdad nos corona.
Iguales aquí y ahora,
en el tajo o la cocina,
vecino yo, tú vecina
donde se ama y se labora,
sabiendo que nos aflora
por el alma y por la frente
la gracia resplandeciente
y el concierto más humano
para ir juntos de la mano
por la vida, diariamente.
Pero la vida es Amor
ay mujer, por excelencia
y no hay religión ni ciencia
para el hombre soñador
como ensalzar el primor
conque la Naturaleza
te prodigó la belleza
con su femenino acento
y un lírico encantamiento
de los pies a la cabeza.
Y mi canción es balada
o amorosa melodía
diosa, reina, musa mía
a tu beldad dedicada.
Para ti, maravillada,
entona su pensamiento
si va declarando al viento
la pasión que me enajena,
mujer, de misterio llena
desvelado entre mi aliento.
Y contigo estoy, mujer,
frente al látigo maldito
que está dejándote inscrito
en tu piel su padecer.
Que el mundo se pare a ver
la masculina punzada
en tu corazón clavada
con infame alevosía
y entre rejas vea el día
al felón y su manada.
Que siempre seas bendita,
santa mía y compañera,
en la amantísima espera
que tu entraña necesita,
sabiendo que ya en ti habita
el tesoro más preciado
por tu sangre germinado
a la luz de un amor puro.
Y yo adivino un futuro
feliz del ser alumbrado.
No encuentro imagen más bella,
que la tuya, mujer/madre,
en el artístico encuadre
que el amor dibuja y sella.
Es gozo de dulce huella
iluminada en ternura
ver mamar a la criatura
del manantial de tu pecho
mientras velas, por derecho,
su graciosilla figura.
Mujer, al fin, maravilla
primera de las del mundo,
donde al contemplarte abundo
en tu hermosura que brilla
y en la razón bien sencilla
del corazón satisfecho
por ti, contigo, en provecho
de toda la Humanidad;
armoniosa realidad
de que el Orbe está bien hecho.

Autor: D. Luis de Blas



3º PREMIO
SER MUJER

Doy gracias a la vida por un gran regalo: ser mujer.
Ser mujer, esposa, madre, hija, compañera, amiga... Ser unos brazos para cobijar
y unas manos para crear. Ser pensamiento y obra, ser mucho y, a veces, no ser nada.
Ser la estrella que guía a mis hijas y la voz que les acompaña en su camino.
Nací mujer y como tal me siento: una caja llena de ilusiones y contradicciones,
de momentos felices y amargos, de pasado, presente, futuro...
Seguir siendo yo misma: mujer voluntariosa y al mismo tiempo temerosa.
Mujer de largos silencios y cortas palabras. Mujer de miradas tristes y sonrisas amplias.
Mujer que cuida, que ama, que trabaja, que sueña, que espera.
Mujer que ríe, que llora y que calma.
Espíritu inquieto. Alma tranquila. Brazos abiertos. Manos tibias.
Gracias a la vida que me dejó ser mujer y poder dar tanto a cambio de mucho.


Autora: Dª Paz Aranda Logroño

Entrega de premios:

Presidente de la Comarca de La Ribagorza D. José Franch Aventín.
Alcalde-Presidente de Seira D. José Mª Aventín Guillém.